Cartró. 2016
D’acord amb la mitologia grega, Janto o Xantos (en grec antic Ξάνθος), fill del Zèfir i de l’harpia Podarge, va ser un dels dos cavalls immortals d’Aquil·les.
Juntament amb el seu germà Balio o Bali, fou donat a Aquil·les per Posidó. En un dels pasatge de la Ilíada es pot llegir com els déus li van concedir per un moment el do de la paraula perquè vaticinés la mort del seu amo:
(…) Automedonte
Y Álcimo diligentes los caballos
Al yugo uncieron los tirantes de oro
Atando á las armellas, con el freno
Su boca sujetaron, y las riendas
Tendieron hacia atrás. Y Automedonte,
El látigo tomando sonoroso
Y ligero, del carro la alta silla
Ocupó; y detrás de él subiendo Aquiles
Armado ya con sus lucientes armas,
Brillaba como el sol cuando camina
Por el mas alto punto de los cielos;
Y en espantosa voz a los caballos
Que de su padre fueran animaba.
«Janto y Balio, decía, ilustres hijos
De la harpía Podarga! victorioso
Y sin herida á las aquivas naos
Conducid, acabada la batalla,
Al que monta hoy el carro; y no en la arena
Muerto allí le dejeis, como á Patroclo. »
Oyó sus voces el ligero Janto
Uncido como estaba, y la cabeza
Inclinó á tierra; y las doradas crines,
En derredor del yugo derramadas,
Hasta el suelo llegaron; y la diosa
Juno le dió que articular pudiese
Voces humanas, y á su dueño él dijo:
«Salvo de la batalla en este dia
Te sacaremos, valeroso Aquiles;
Pero á tí ya se acerca de la muerte
El momento fatal, y no seremos
Nosotros los culpados; que la vida
Un dios te quitará muy poderoso
Y el hado inevitable. (…) »
Apenas el caballo
Habia proferido estas palabras
Las furias infernales contuvieron
Su voz; y airado Aquíles al oirle,
Así le respondió: «Porqué la muerte
Me vaticinas, Janto? No debieras
Anunciármela tú. Sabido tengo
Que el hado á perecer en esta playa
Y lejos de Peleo y de la augusta
Tétis, me condenó; (…) »
Homer. La Íliada. Libro XIX. Edició de José Gomez Hermosilla (1848)